He pasado un puente estupendo: follar y playa. Me fui con un hombre de verdad a Marbella y vuelvo absolutamente relajada. He disfrutado cada momento: pasear por la playa en tanga y topless mientras babosos y perdederos como tú me miraban con devoción, sentir la mano de mi semental recorriendo mi piel bañada por el sol o hundir mis pies en la arena mientras te imagino limpiando hasta el último grano de arena de entre mis dedos o sentir la brisa…
Tras la playa, no hay nada como llegar al hotel para follar y follar. Incluso tengo las comisuras de los labios un poco sensibles de chupársela tanto. Sí, perro. Mientras te follas el culo con consoladores enormes para mi divertimento, yo se la devoro a hombres de verdad. Jamás podrás sentir mis labios cerda de tu pollita. Sólo sirves para tributar.
Y, finalmente, el broche de oro, ir a cenar con y a tomar copas con tu dinero. Cada día eres más patético. Cada día lo disfrutas más.